Diez años han pasado ya desde la última publicación, diez años en los que por suerte he podido seguir disfrutando de esta afición, y diez años en los que por suerte no he parado de aprender, e intentar comprender un poquito mejor a estos animales en su medio natural. Diez años más de experiencia que intentaré compartir, y sobre todo intentar tener ese bonito recuerdo cada vez que lo vuelva a leer.
Muchas salidas de orilla, en barca, o perdido con el pato por cualquier rincón, muchas horas invertidas en localización, muchas horas andando y disfrutando de la naturaleza, y muchas horas en las que la mente solo piensa como "un pez", y como me comportaría.
Ha pasado mucho tiempo, y como no sabia por donde empezar, voy a empezar contando desde el momento que no se me puede ir de la cabeza. Estamos en Septiembre de 2015, una buena época para el lucio, como estamos acostumbrados después de los calurosos días de verano, tras unas temperaturas más agradables, y una pequeña subida del caudal con las primeras lluvias, nuestros pequeños amigos tienen unos días en los que entran como en "frenesí", y puedes pasar uno de los mejores días de pesca.
Eso es exactamente lo que recuerdo, el primer día que fuimos creo recordar éramos tres compañeros. Por la mañana no recuerdo demasiado movimiento, pero por la tarde ya empezó la fiesta. Yo recuerdo clavar tres pequeños lucios, en tres lances. No eran grandes vale, pero si que bastó para terminar sacando unos 5 o 6 pequeños en un plazo de una hora. Con el clásico Pikie de toda la vida..
Al día siguiente si recuerdo que fue una locura de día. Por desgracia esta vez estaba solo en el pato, ningún compañero pudo venirse, y me las tuve que ver con miles de dientes yo solito..
De ahí que la calidad de las imágenes difieren mucho de lo que me hubiera gustado, pero como recuerdo me vale.
Lo primero que recuerdo es tener el primer dientudo clavado al segundo o tercer lance, apenas había entrado en la tabla cuando tras un pequeño parón, noté el inconfundible cabezazo, y tras una pequeña lucha la tenía posando para la foto.
No había pasado ni 15 minutos cuando ya noté que había algo que intentaba zafarse al otro lado de la línea. Me pareció raro no notar cabezazo, y pensé que sería algún pequeño lapicero, pero pronto mis dudas desaparecieron, había dientes si, pero no los que buscaba..
Y a partir de aquí lo único que recuerdo son más dientes... Es una lástima el haber ido solo, ya que me hubieran quedado unas fotos bastante mejor.
Recuerdo que probé con varios tipos de señuelo para ver si notaba diferencia, pero cuando están por picar... Los saqué con Vinilos grandes, con vinilos pequeños, con jerkbaits, con crankbaits.. no recuerdo si llegué a probar algo más, daba igual, todo lo que pasara por delante terminaba en su boca.
Si hay algo que recuerdo de aquel día es la cantidad de peces que conseguí sacar. La actividad era frenética, y lo recuerdo bien ya que cuando estaban cerca del pato, al sentirse acorralados me deleitaban con unos saltos brutales que me llegaron a acojonar por si se enganchaba alguna potera en el pato. De ahí que decidiera hacer algún video para poder sacar alguna captura de pantalla así de chula.
Y aquí tenemos al actor en primer plano.
Era tal la actividad que no podía perder el tiempo ni para hacer fotos, y al menos el 20% de los peces que no superaba la media, directamente los soltaba sin hacer foto. Picaban todos, pequeños y grandes, a señuelos pequeños y grandes, con recogidas lentas y rápidas... En mis años de experiencia he podido disfrutar muy poquitos días como éste.
Después de este día creo recordar que me llegué a pasar al día siguiente, pero como era de esperar el día fue totalmente diferente. Los pequeñajos estaban resacosos e imagino que se acordaban aún de mi pato. Fuera como fuera solo conseguí sacar un canijo para que no me fuera bolo a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario