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sábado, 27 de abril de 2013

Visitando Alfarofia en abril



A pasado mas de un año desde que decidiéramos ir a pasar un fin de semana en Alfarofia, por fin logramos ponernos de acuerdo para los días 26, 27 y 28 de abril y poder ir a visitar el lago y pasar un fin de semana tranquilos disfrutando del carpfishing  en orillas desconocidas.

Las sensaciones eran muy buenas, teníamos muchas ganas de poder pasar dos noches en las orillas de esta masa de agua que tanto ha dado que hablar y así disfrutar de unos días con buena compañía y si podía ser, muchas capturas.

Salimos del pueblo a eso de las 05:00 de la mañana, despacito y disfrutando del camino hasta que sobre las 09:00 llegamos a la frontera de Portugal. Paramos en el centro comercial para comprar las últimas cosillas y sobre las 10:00 y con ganas llegamos al laguito.
Como anécdota comentar que el trípode lo olvidé en Madrid y al final tuve que reutilizar uno viejo y otro de mi compañero que parecía de juguete.

El día estaba perfecto, soleado y con suave brisa del sur-oeste. El puesto que teníamos reservado era el número cinco, al llegar pudimos hablar con el pescador que estaba en ese puesto, pasó una noche y nos comentó que muy entretenida, sus palabras fueron: “Aprovechar para dormir de día que por la noche no os van a dejar.”

La verdad que hizo aumentar nuestras ganas porque se le veía muy ilusionado a pesar de no haber sacado ninguna carpa, nos comentó que esta mañana se le había escapado una que parecía ser grande por lo que nos contó.

Mientras terminaba de recoger el equipo nos dimos una vuelta de reconocimiento del lago y las instalaciones.

Sobre las 10:30 ya teníamos el puesto para nosotros y tras la visita de Joao nos dispusimos a preparar tranquilamente los equipos y el cebo.


Tras preguntar tanto al compañero que estaba pescando antes como a Joao nos comentaron que el cangrejo ya estaba haciendo acto de presencia y nos aconsejaron la chufa como único cebo.
Las posturas decidimos repartirlas por las zonas que a primera vista nos parecieron más  querenciosas. Dos en pequeñas entradas que había en las junqueras de la izquierda, una en la parte izquierda del pasillo a la entrada del puesto cuatro, otra junto enfrente del puesto, otra en una entrada en los juncos cerca del límite con el puesto seis y otra en la parte de juncos de la derecha del puesto, que había una reculita que me llamó la atención.

El cebado fue con poca cantidad, una mezcla de chufas troceadas, cañamón y maíz, aglutinadas con engodo, y sólo un par de bolas por postura.
Las posturas decidimos probar con varios cebos a pesar de la advertida actividad del cangrejo. Una la pusimos una chufa grande con una chufita pequeña, otra con chufa y maíz artificial flotante, en otra un bait mesh con chufa troceada, otra con un hookbaits de bloodworms y una chufa… y así varias combinaciones para ver cual les gustaba mas a nuestras amigas.

Con todo preparado ya solo quedaba montar en la barca e ir esparramando las posturas por las zonas elegidas, a medio metro de los juncos más o menos y con un par de bolas de cebado justo encima. Sobre las 12:30 ya teníamos todas las posturas en las zonas de pesca y nos liamos a montar el campamento.

La primera hora pasó rápido, y tras una hora y media escuchamos el primer aviso en nuestras alarmas, no fue un gran tirón pero fue suficiente para animarnos y pensar que esto iba por buen camino. La siguiente hora pasó con algún toquecito en varias cañas y sobre las 15:00 horas se arrancó la caña de Gus con lo que sería la única captura de la sesión.  Una carpita  de unos 4 kilitos con colores muy oscuros.



A partir de esa picada continuaron con algún toquecito de vez en cuando pero sin que ninguna llegara a clavarse. Antes de que anocheciera sacamos las cañas para reponer cebos y nos dimos cuenta que lo único que salía en los bajos eran las chufas, incluso en una que pusimos dos chufitas pequeñitas aparecía el bajo desnudo, por lo cual decidimos poner en las posturas sólo chufa, y grande.
  La noche pasó tranquila, con algún pitido de alarmas de vez en cuando que hacía pensar que las carpas se estaban moviendo pero no conseguimos engañar a ninguna.
Poco a poco se levantó un aire molesto que hizo que descendieran bastante las temperaturas, y no se si fue eso pero no volvimos a sentir las alarmas en lo que restaba de jornada.

La mañana se presentaba fresca, el aire con rachas de 40 km/h y el cielo cubierto por nubes.
Una vez que pasaron las primeras horas de la mañana y sin movimiento en los pesquiles decidimos reponer cebos y cambiar de estrategia.
Esta vez buscamos pasadizos que había entre los juncos que parecían carreteras de nutrias, había alguno que se adentraba más de tres metros. Con ayuda de la barca colocamos las posturas junto con dos puñaditos de engodo y semillas a escasos centímetros de los juncos, justo en medio de los pasadizos localizados donde la profundidad no sobrepasaba el metro y medio.
También colocamos una caña en el medio del lago, con algo más de profundidad, ya que la temperatura bajó bastante y teníamos que probar.




El día poco a poco iba empeorando, el viento cambió sacudiendo ahora dirección Norte con rachas de más de 60km/h. El campamento casi sale volando y lo tuvimos que reorganizar, en todo el día no volvimos a tener picada, antes de anochecer cambiamos cebos y por la noche con más frío que once viejas aguantando como podíamos el fuerte viento.


Espero poder volver algún otro día.