En tierras manchegas III

Una sesión corta en un pantano conocido, en el cebadero que mantenía activo durante el verano. Pocas horas, pocas picadas. Pero pude disfrutar de un bonito ejemplar de carpa de 7kilitos.
 Me encanta ver estos peces en esta zona tan querida y que tanto cuido.

Entró sobre las tres de la mañana, con bolas de pescado. Estaba en muy buena forma y se notaba que había estado alimentandose de forma copiosa del cebadero.
 Un par de fotos como pude, un poquito de antiséptico, y al agua pitando, que aún queda algo para comer en el cebadero...

En otra ocasión, un par de lapiceros sacados por unos miembros de la futura ALCOBASS, las nuevas generaciones vienen fuerte.  La primera foto sacado con un paseante, una picada muy bonita.

Explotando lo explorado

En ocasiones cuando salimos a explorar zonas nuevas para lucios o depredadores, acabas por encontrar zonas mas favorables para otro tipo de pesca. Dos días de exploración me sobraron para saber que en la nueva tabla había una gran población de carpas de mediano tamaño, y muchas posibilidades de que haya alguna de buen tamaño. Con ganas y bastante calor, empezamos a preparar todo el equipo, el cebado y el puesto.

La primera intentona no resultó demasiado fructífera, bastantes picadas pero todo de pequeño porte, incluso algun carpin se atrevió a tragarse un par de bolas de pescado. Una foto de Rumba, la perra valiente.

Todo estaba en calma menos el cebadero, no paraba de observar los saltos, coletazos y demás, que surgían uno tras otro y hacía presentir que las carpas estaban comiendo y no tardaría en entrar a mis posturas. O por lo menos eso era la intención.
Con las últimas luces de la tarde y mucho movimiento en el cebadero, tuve una de las picadas mas impresionantes de toda mi vida.
 Había colocado en las posturas cebos de gran tamaño, para evitar todo lo posible la mini talla. En una caña que tenía a unos dos metros de la orilla de enfrente, en una pocita de unos dos metros, bajo la sombra de una encina, me pareció un buen lugar para colocar un alburno muerto y así tentar a los comizos que sabía que allí había.

Fue casi al atardecer cuando sonó la alarma dos pitidos secos, en cuanto pude ver que se trataba de la caña que tenía el alburno muerto, me levanté curioso, ya que no hacía mas de una hora y media que había colocado la caña, pero al ser la postura que mas esperanza tenía de capturar un buen comizo, no quería que arrancara la carrera y estuviera lejos.
Me quedé unos veinte segundos al lado del tripode y justo cuando me incorporo, empieza una carrera bestial, movió hasta el tripode, pero gracias a que estaba cerca logré coger pronto la caña, con la mala suerte que solo pude disfrutar de un par de arremetidas, inesperadamente soltó el anzuelo y no pude disfrutar mas.
Tengo claro que fue un bonito ejemplar de barbo, y tengo claro que tenía que volver.

Explorando

Una mañana de agosto con ganas de mojarnos el culo y además con ganas de conocer zonas donde nunca habíamos pescado. Sobre las seis de la mañana ya estaba el coche cargado con los equipos y los tres componentes de la expedición.
Llegamos a la zona sobre las siete, localizamos un buen acceso para los patos, y antes de las ocho  teníamos todo listo y preparado para la sesión.
La zona parecía perfecta para el hábitat de algún gran ejemplar de lucio, con muchas coberturas y zonas para camuflarse y esperar a sus presas.

A media mañana y tras algunas picadas fallidas, un valiente lucio se apoderó del crankbaits de mi compañero. Lo de valiente lo digo porque se puede apreciar como tiene unas cicatrices en el lomo que seguro es el resultado de un enfrentamiento con una nutria, muy abundantes en esta zona.

Y poco rato después la sorpresa, otro joven miembro de ALCOBASS, que nunca había sacado un barbo con caña de casting, y menos con un señuelo tan grande.

Otro bonito día, con bonitos recuerdos, que seguro permanecerán por un buen tiempo.