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jueves, 17 de octubre de 2013

Depredando V

Estamos a mediados de Octubre, la temperatura del agua ha descendido y los días se van acortando.
Con un día entero para darle a los depredadores y con mi colega de catamarán, nos dispusimos a realizar una sesión en una zona conocida y donde hace poco pude disfrutar de un buen dia de pesca.
Nos decididmos centrar en los lucios, ya que sabíamos que en ésta zona había gran población y queríamos tentar haber si nos hacíamos con algún bocaperro de porte.


La zona es bastante inaccesible y nos costó poder hechar el catamarán al agua con seguridad, pero no hubo incidentes y a eso de las 08:30 o así ya estabamos haciendo los primeros lances.


La primera picada no se hizo esperar y no tardo más de veinte lances para que mi colega tuviera en el extremo de la línea un pequeñín con hambre.


Luego la mañana fué demasiado tranquila, sólo algúna picada que no llegó a clavar y poco más. Estubimos tentando las orillas con coberturas y una amplia recula con bastante vejetación pero no hubo suerte.
Nos adentramos en una zona algo mas profunda y pongo un señuelo que valla removiendo un poco el fondo, de repente, siento como si el señuelo se hubiese quedado en la vegetación, doy un tironcito para desprenderlo y de repente noto como el carrete empieza a soltar sedal como loco, pego un pequeño cachete para clavar, y lo siguiente que recuerdo es notar una gran fuerza en el otro extremo de la caña que intentaba huir hacia el fondo como alma que lleba el diablo. Hubo varias carreras y tirones donde hacía sonar el carrete como nunca lo había oído, podía notar cada cabezazo que daba intentando zafarse del señuelo, hasta que por fín se dejó ver levemente antes de salir pitando de nuevo a la carrera y como si hubiera renovado las fuerzas.
Cuando por fín estaba agotado y se dejó ver, mi compañero y yo no dabamos crédio a lo que veíamos, yo no había tenido un lucio de esas caracterícticas nunca en el otro extremo de la caña y los nervios se dispararon a flor de piel. Mi insistencia en no usar boga grips y la poca experiencia hicieron que costara subirle al pato, dos veces se escurrió en las manos y entre tanto mi colega no paraba de decir, "se escapa..se va a escapar..ó. esque se te va a escapar.." jejeje fué un momento que parece que se paró el tiempo.
Alfinal tuve que hacer caso a mi colega y usar el boga grips para ayudarme a subirle, aunque intenté hacer la menos fuerza posible para no dañarle.



Finalmente y tras varias pruebas conseguí manipularle casi correctamente. Parece que le tenía metido el dedo en el ojo, pero es solo la foto, no sufrió ningún daño.





Y después de esto intentamos imitar la misma técnica pero no con muy buenos resultados, pues perdímos algún señuelo que otro, y sólo conseguimos sacar un par de lucietes mas.



De todas formas este lugar para mí ya siempre será mágico, y guardaré un bonito recuerdo durante mucho tiempo. Espero que se mantenga así por muchos años y me siga deparando estas sorpresas. No voy mucho por no quemar la zona, pero estamos deseando poder pasar otro dia por estos parájes.