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sábado, 10 de marzo de 2018

Comizos de Guadiana con Artificial Vol. 1

 En los últimos años la llegada de la primavera ha supuesto una revolución por mi parte a la hora de pescar con señuelos artificiales. Han sido muchas las horas invertidas, los señuelos probados, las zonas exploradas y los artículos leídos sobre un pez, que a mí particularmente, me parece de una belleza incomparable en nuestras aguas. Se merece toda la admiración y respeto posible, para intentar que este maravilloso animal siga recorriendo nuestros ríos de forma imponente durante muchos años más.

 Hablamos del Barbo Comizo (Luciobarbus comizo), particularmente el Barbo Comizo de Guadiana. Un pez oportunista que ha sabido ganarse su lugar en el río. 




Cuando hablamos de los Barbos, no debemos olvidar que son de la familia Cyprinidae, al igual que las carpas, las tencas o las bogas. Pero de alguna forma u otra, ya sea por el gran tamaño que pueden llegar a alcanzar, o por un mayor instinto de supervivencia o adaptación al medio, son por decirlo de alguna manera los "depredadores" autóctonos por excelencia. 




Según mi punto de vista, estos animales antes de la introducción de depredadores como el Black Bass o el Lucio,  disponían de mucho mas alimento en las tablas, y posiblemente se adaptaron a "depredar" de una forma casi automática. Alimento disponible fácil de conseguir, y con una buena aportación de nutrientes. Menos esfuerzo, mayor recompensa. De tal forma que se han acostumbrado a comer tanto pececillos, como cangrejos, pequeños crustáceos de río, o cualquier otro insecto volador que tenga la mala suerte de caer al agua... Lo que hizo ampliar el horizonte de estos ciprínidos venidos a más.




La llegada de la primavera trae consigo la remonta de cauces y arroyos por parte de este maravilloso pez, intentando buscar zonas más seguras para dejar a su descendencia. Cuando esta fecha se aproxima, siempre intento pasarme por el rio para ver como se están comportando. Si pillas la fecha pre-freza, o pos-freza, hay días que estos animales están mucho mas agresivos de lo normal.

Siempre respetando al máximo cuando están en plena freza, e intentar molestar lo mínimo posible. En mi caso lo que hago es utilizar anzuelos simples, nada de triples, y además les suelo aplastar la muerte con unos alicates para facilitar su desanzuelado. Se pierde algún pez, si, pero te aseguras que el daño ocasionado es mínimo. Y si lo puedes complementar con cualquier antiséptico de los muchos que venden, mejor que mejor.




En este año recuerdo que salimos como dos o tres veces a molestar un poquito a nuestros queridos amigos, con algún ejemplar ya de un porte interesante.




Y otros de menor tamaño, pero que con los equipos de lance, y la corriente, se convierten en unas luchas con carreras endemoniadas.








Bonitas fotos para el recuerdo. 

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