Con el calorcito ya empezando a hacer acto de presencia hice alguna salida a uno de los famosos embalses extremeños. Poquitas horas en la orilla, pero como estábamos en una casita cercana, lo primero me pillé la barca y me fui a dar una vuelta para ver posibles zonas para colocar las posturas.
Ese mismo día no daba para mucho más, y decidí sondear bien la zona, aplicar un poquito comida en las zonas elegidas, y dar un paseo en barca para intentar localizar otras zonas mas alejadas en caso de que las elegidas no dieran resultado.
Me lo quería tomar con calma y de primeras estudié bastante la zona. Localicé a un lado de un puntal, en la orilla de enfrente, una zona donde caía la profundidad de 2m a 6m y con suelo duro, no muy lejos del cauce principal. Me pareció una buena zona para dejar como unos 3kg de boilies troceados, enteros, y alguna semilla.
Otra zona era en una pequeña meseta en el centro que subía la profundidad hasta los 4m. También deposité una pequeña cantidad en este caso solo de bolas enteras.
Y la última zona que me gustó, estaba como a 20 metros de la orilla donde estaba pescando. Era una orilla playera, pero como a 15 metros hay un escalón que baja un poco más pronunciado hasta los 6m. Ahí simplemente deposité como dos kilos de semillas, con un poquito engodo.
Con las tres zonas marcadas, y añadido un poquito alimento para ver si atraía a los peces, decidí ir a descansar, para poder madrugar al día siguiente.
A primera hora de la mañana no se veía mucho movimiento por ninguna de las zonas, pero es cierto que tampoco pude verlo por ninguna otra zona. Por lo que saque dos cañas cerca del puntal a 6m, y la otra en la meseta central.
Poco a poco según pasaba la mañana se estaba levantando una brisa que para el tiempo que hacía ya se empezaba a agradecer. Sea o no por eso, cuando el viento empezó, también empezó la actividad.
No tardó mucho tiempo, en la caña que tenía en la meseta, en sonar un leve bip... seguido de una carrera que al ser la primera, me hizo dar un salto de la amaca emocionado.
Era una carpita pequeña, pero con una aleta caudal enorme para el tamaño total del pez, y una coloración de escamas amarillentas preciosa.
Después de esto tuve como dos picadas más, de peces que no parecían muy grandes, que conseguí clavar, pero por desgracia no conseguí sacarlos a la foto debido a que se quedaban enganchados en una nasa de la de los cangrejos. Por lo que decidí no volver a lanzar la caña por esa zona para intentar evitar perder más peces. Lancé la caña en la zona que había puesto las semillas, que desde hace un rato estaba viendo movimiento de peces por la zona.
Y no tardé mucho rato en comprobar que la zona estaba repleta de peces. No paraban de picar, no eran de gran tamaño, pero suficiente para pasar un buen rato. Creo que tendría unas 10 picadas, y conseguí prácticamente todas, pero eso si todas de igual porte. No hice demasiadas fotos, solo alguna para el recuerdo.